Foto: Flickr, Silvio Tanaka.
Un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos) revela que la creciente popularidad y demanda de tequila generan que las empresas siembren agave, planta que le da origen al licor, de forma desproporcionada en sitios nunca antes cultivados para tal fin y causen un impacto negativo sobre el medio ambiente.
Se trata de la bebida de origen mexicano que hizo furor en los últimos 15 años: según el Consejo Regulador del Tequila (CRT), entre 1995 y 2005 duplicó su producción. En 2007 produjeron 284,4 millones de litros, de los cuales unos 154 fueron para exportación.
El tequila es tan representativo de México que hasta tiene homenajes como un museo, y un día anual en el que se festeja su existencia como si fuera un aniversario. Ya en la época de Cristóbal Colón los indígenas la consideraban una bebida sagrada, curativa. Pero su producción no es tan sencilla: hay que esperar por lo menos seis años para poder sacar el jugo de la planta, y ésta necesita de sumo cuidado en ese tiempo. Por eso desde mediados de los ‘70 sólo está permitido, por ley, que se coseche en determinados municipios de México que poseen ciertas condiciones.
Para crecer, las agaves necesitan suelos arcillosos, clima semiseco, alrededor de los 20 grados de temperatura y sin grandes cambios climáticos. Precisan además estar a unos 1500 metros sobre el mar. Al incrementar la demanda de esta bebida, los empresarios comenzaron a cultivas agaves en lugares vírgenes: tierras no acostumbradas y, sobre todo, no preparadas para que se hagan en ellas plantaciones propensas a provocar depósitos de agua en su interior.
Cuando se fabrica el tequila, se originan en los pozos vinazas (un tipo de vino) que tienen sustancias orgánicas que se vuelcan en el agua y la contaminan. Perjudican entonces a la fauna y flora acuática, y al agua en si misma. Además, se genera bagazo, que es una especie de cáscara, que se transforma en un residuo sólido orgánico si no se le da un tratamiento adecuado.
Además de expandir las plantaciones, las empresas también comenzaron a utilizar pesticidas para evitar plagas de insectos en vez de podar las agaves.
El estudio de la Universidad de Carolina del Norte informa, además, que la intrusión de grandes empresas en el mercado de la producción del tequila está provocando que los productores independientes queden excluidos del proceso por imposibilidad de competir con la industrialización.
Leave a comment